“Somos jóvenes, podemos hacer lo que queramos.
Podemos escribir y reescribir la historia. No le creamos a los adultos
que ya están vencidos. Sí, muy triste: ellos tuvieron un mal pasado,
pero eso no nos tiene porqué suceder a nosotros.
Podemos emocionarnos con la música, reír, llorar con ella. Podemos
volvernos fugaces y vivir leyendo hasta que se nos agoten las fuerzas,
podemos caernos dormidos por leer tanto. Tenemos la opción en nuestras
manos de tener una subjetividad enorme y no atormentarnos por la falta
de cosas materiales. ¿Por qué estar triste siempre? No hay razones. Está
bien tener pena un par de horas, días e incluso semanas. Pero no
olviden que podemos ser felices, no lo olviden por favor. Lloren al ver
una película y alégrense por caminar bajo el sol o la lluvia. Alégrense
porque estamos vivos y la muerte aún no nos roza con su halo inexorable.”
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