miércoles, 25 de junio de 2014

Somos jóvenes, podemos hacer lo que queramos. Podemos escribir y reescribir la historia. No le creamos a los adultos que ya están vencidos. Sí, muy triste: ellos tuvieron un mal pasado, pero eso no nos tiene porqué suceder a nosotros.
Podemos emocionarnos con la música, reír, llorar con ella. Podemos volvernos fugaces y vivir leyendo hasta que se nos agoten las fuerzas, podemos caernos dormidos por leer tanto. Tenemos la opción en nuestras manos de tener una subjetividad enorme y no atormentarnos por la falta de cosas materiales. ¿Por qué estar triste siempre? No hay razones. Está bien tener pena un par de horas, días e incluso semanas. Pero no olviden que podemos ser felices, no lo olviden por favor. Lloren al ver una película y alégrense por caminar bajo el sol o la lluvia. Alégrense porque estamos vivos y la muerte aún no nos roza con su halo inexorable.

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